martes, 7 de marzo de 2023

Espejos


 

Esos trazos inquietos y más claros

que sobre la base gris de la roca

se reflejan no son la partitura

de una música secreta; es luz

accidental en el agua que corre.

 

Aun así, y no ignorando esto

ni que el mundo se agrieta en todos lados,

es tan perfecto el ritmo, el movimiento

que demoro un buen tiempo en convencerme:

el paisaje no sabe escribir nada.

 

A más de diez kilómetros se extienden,

por el flanco de un cerro forestado

y antiguo como el tiempo, los incendios.

Habrán sido intencionales o quizás

por el calor extremo. No se sabe.

 

Aquí, viejos árboles en silencio.

No miran desde lo alto, no son

una conciencia que nos juzgue sino

gracia, inocencia y vida… que basta:

No saben escribir, y qué elocuencia.


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