domingo, 25 de octubre de 2015

Carol Ann Duffy



Abejas


He aquí mis abejas
descaradas, manchas en el papel,
ebrias, pegadizas, en danza
por los intactos mapas del aire.

Profundas entre las flores,
mis abejas poetas,
en el narciso, en el cardo, en la rosa,
incluso en el loto dorado, vuelen ahora
ataviadas, contentas, doradas, pero

sabias- y sepan esto de nosotros:
cómo el delgado aroma que dejan
invade mi sombrío y atareado corazón,
y que la miel es arte.

Bees

Here are my bees
brazen, blurs on paper,
besotted; buzzwords, dancing
their flawless, airy maps.

Been deep, my poets bees,
in the part of flowers,
in daffodil, thistle, rose, even
the golden lotus; so glide
gilded, glad, golden, thus

wise- and know of us:
how your scent pervades
my shadowed, busy heart,
and honey is art.

sábado, 17 de octubre de 2015

Sonia Scarabelli

Sonia Scarabelli (Rosario, 1968) publicó los libros de poemas La memoria del árbol (2000), Celebración de lo invisible (2003) y Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras (2008). En 2009 publicó la crónica La orilla más lejana. Su último libro de poesía, El arte de silbar, se editó en el 2014. Los poemas que se transcriben pertenecen a su segundo poemario, cuya  tercera sección titula "El reino que en la vigilia se deshoja o libro de los seres intermedios". 


I

Cuando sopla el viento se golpean
los frágiles tallos de la caña,
cortados y pulidos por el hombre
y dispuestos a la súplica del aire,

siempre actúan un poco reservados,
como dando un paso atrás frente al bullicio,
esperando la hora de la noche
para tocar su música modesta

donde el ojo no alcanza. 

IV

Pero la hoja que cruje
y se resquebraja en música de muerte
tiene también su imperio
donde inmola su breve momento de apariencia
al corazón sonoro.
IX

Aguzado el ojo
en una porción de cielo,
aquello que debe ser el alma
se deja seducir a veces
por la instanténea contemplación
de lo vacío

hasta que una pequeña voz
le advierte
que allí no hay canto.

X

Sobre el río
brilla la luna
envuelta en un extático
resplandor de santidad:

descienden sus dos hijos
sobre el agua:
el rayo pálido
y la lechuza blanca

el hagiógrafo prescinde
de la segunda línea.

XXVII

Bajo la luz crepuscular
traza el río una curva sigilosa

comba

repentino espejo
del cielo y de la orilla

pareciera
por un instante
que el agua desea
volver a meter
la creación en su huevo.