sábado, 28 de julio de 2018

de Auroras de Otoño (Wallace Stevens)





VII

Siempre es posible un tiempo de inocencia.
Nunca un lugar. O si no hay un tiempo
Si no pertenece al tiempo ni al espacio,

Si solo existe como idea en el sentido
De oponerse a la desgracia, no es menos real.
Los más viejos y fríos filósofos dicen 

Que hay o puede haber un tiempo de inocencia
Como un puro principio. Su naturaleza
Es su fin: Podría ser y no ser algo

Que atenaza la piedad del hombre piadoso,
Como un libro en la noche, bello pero falso,
Como un libro en el alba, bello y verdadero.

Podría ser algo que pertenece al éter
Y que existe casi como predicado.
Pero existe, existe, es visible.  Es.

Así, estas luces no son un hechizo de la luz,
Algo que enuncia una nube, sino inocencia.
Inocencia de la tierra y no signo falso

O símbolo de malicia. Es algo de lo que somos parte,
Que descansa, igual que los niños en esa santidad,
Como si despiertos yaciéramos es la quietud del sueño,

Como la madre inocente que canta en la oscuridad
Del cuarto y en un acordeón, apenas audible,
Creara el tiempo y el espacio en que respiramos...



lunes, 2 de abril de 2018

Figuras de la fàbula






Medusa en la arena


Bailé con todo lo traslúcido
de mi carne y de mis órganos.
Giré, avancé y me dejé
arrastrar hacia la corriente,
allí donde se mezclan aguas
quietas y levemente tibias
con las de fría escama y creo
ser una sola turbulencia;
creo haber sido fiel al trazo
filosófico de mi época
y que nadie sabe mi nombre
y sin embargo -oh el placer
del agua helada- creo.


sábado, 24 de marzo de 2018

Figuras de la fábula




Noreste

Hay veces que viene la lluvia y veces
que está la seca, dijo y una vaca
roja prolongada en la tierra roja
nos veía pasar. Aquí los campos
son grandes, treinta mil hectáreas. Este
de la derecha es del grupo Clarín.
Más adelante queda el del magnate
ambientalista. El gringo ese tiene
como cien mil para cuidar la fauna
autóctona del acuífero al menos.
Si usted le pide, lo lleva a ver osos
hormigueros. La gente acá no caza,
son guardaparques. Mire: allí hay otro
ciervo. ¿Paro para que saque fotos?



martes, 13 de febrero de 2018

Figuras de la fábula II




Bruja de párpados cosidos

Tengo una débil conexión
con este mundo que está fuera:
el calor, el frío, el ruido del viento,
esas cosas extensas, fugitivas…
No sueño con imágenes. No sueño.
A lo sumo un sobresalto, un lapso
de discontinuidad en el espacio
y caigo sin más, sin ningún
don de visión compensatoria,
porque nunca he visto nada.
Soy una figura plana, de párpado
cosido y odio espeso.


domingo, 4 de febrero de 2018

He sentido tantas veces



He sentido tantas veces
el tam tam de tu corazón
-mi oído junto a la noche
de tu pecho, el toque último
por ese atajo del sonido
a bordes  en que se hace húmedo
lo áspero de las cosas antes
de que al fin se desintegren
a tu ritmo-, que así me voy
y así, como una foca, hábil
en sus aguas, también regreso.



lunes, 20 de noviembre de 2017

Figuras de la fábula


El ángel de lo diminuto

El ángel de lo diminuto sueña
en pequeño. Vive en el ojo
de una aguja de coser.

La aguja está en una lata que fue
de galletas. La lata, en un cajón.
El cajón en un mueble de la casa.

Antes de dormirse, en el capullo
de su oscuridad, enciende en la noche
un cigarrillo para ver el hilo

de humo rodar más allá del delgado
óvalo de acero que es su morada
y la ínfima brasa y a sí mismo

como si estuviera al borde del tiempo.

En el otro borde, el mundo y sus cosas
terribles pasan todo el tiempo, deja
a veces niños muertos en la arena.

Cosas que, aun para su eternidad
de ángel son monstruosas y se ciernen
sobre las ciudades caparazones

de los hombres y mujeres a quienes
ha visto deformarse de dolor
de ira, de espanto, de aburrimiento.

A fuerza de impotencia ahora es
un artista contemplativo, que une
lo útil a lo agradable: el humo

y un dolor que piensa pero no siente.




domingo, 12 de noviembre de 2017

Te oí decir



A pocos días del comienzo
del invierno presumimos
que, como siempre pasajero,
la estación quieta de la niebla
se abriría a nuestra habitual
preferencia por lo verde
y sin embargo, no. Me fui
apagando y no sé por qué.

Un silencio de blanca cuando
 veíamos salir la luna
y un vacío de gravedad
justo en la boca del estómago
incluso en las noches más frías.
Esos minutos pueden ser
La vida y sin embargo, no.
Me fui apagando y no sé.