miércoles, 2 de diciembre de 2020

Punto


 


I

 

Esta inmovilidad de gota helada.

Mirar el verde, verde; los rincones,

secos los insectos y en la pared,

las sombras de las ramas son las sombras

de las ramas, que el viento hace temblar.

Entonces, apagar el cigarrillo

y los ínfimos pulsos de la casa,

cenizas del final de la jornada.

 

II

Modo de un encantamiento que enfría

hasta congelar piel, carne, mirada

fija en las cosas tal como aparecen

desatadas, una después de otra

una al abismo ciego de la otra.

Cansa. Por suerte agota. Abandono.

Cerrar los ojos y buscar la imagen

de una duna para curvar la noche.

 

 

III

De tanto repetirse ahora sabe

el signo que dibuja su trayecto.

Es noche, no oscuridad, y hay frescura

para la brizna crecida en la arena.

Se siente desde los pies sobre el suelo

húmedo, hasta la nariz que aspira

el aire salado y se hunde sin

medir dónde está el punto de lo hondo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario