domingo, 4 de septiembre de 2016

Fin de una semana laborable



A eso que borbota -olores ácidos
y movimientos húmedos-, el magma
en miniatura de una porción de tierra
cuando llueve y el agua despabila
y lustra el sinuoso marrón
de las lombrices; a este rincón
en donde crecen  sombra y pino,
se va a veces en estados que mutan
hacia lo simple: de cuerpo a tejido
de célula a molécula de sueño.
Se viaja unos quince metros, se acerca
el puro ver, el solo ojo. Constata
el turbio movimiento de la vida
y se olvida de sí porque se cierra
su párpado, vencido de cansancio.


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