miércoles, 21 de julio de 2021

Los viajes

 




I

 

No aprendí a llevar eso que veía

-los rojos tejados de una ciudad

antigua o las terrazas bajas

de un pueblo de llanura, por ejemplo-

a mi escritura. Cuando he viajado

me he ido a no saber.

Por eso un vago temor en la partida

y ni una sola línea en el regreso.

 

II

 

El camino que va

de las cosas a uno es más fácil

que el otro. Y este es poco transitado.

 

III

 

Tengo asociado el abandono

con el cuerpo opaco. Habría

que averiguar mejor qué rige

en la naturaleza; si en algún

punto del abandono es que se brilla,

porque los pocos datos

de la experiencia arrojan

estos resultados: la mariposa

en la vereda es menos colorida,

igual que el pájaro muerto.

Yo sé además que hay o puede haber

cierto grado de seducción

y de mentira en esto de sumar

peras y naranjas, imagen

y concepto. El pájaro brilla

cuando vuela, si nosotros, a cierta

hora, y de casualidad, lo vemos.


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