El zorro bajo la lluvia
y los troncos oscuros de los
árboles.
El arroyo helado, lechoso
y tu corazón
en cascada late más fuerte
ahora.
Como una liebre acorralada
quiere,
no más quiere salirse de tu
pecho
y correr hacia lo hondo.
(Todo esto lo supe por tu
ojo,
ese de mirar solo para mí).
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