Decían algo hermoso y vos no escuchabas.
Gran producción de levedad y blancura
en el sueño, casi despertando. Te alcanza
para un par de horas, después no resiste
siquiera gravedad mínima, conforme
otras voces con miedo sí se hacen oír.
En la húmeda madriguera que pecho
adentro va cavando, el animal
que te roe les dará mil y una vueltas
y crece el riesgo, querida, de quedarte
girando en esas cavernas sin amor.
Talvez, lo que el sueño te indicaba fuera
que lo inaudible es la inocencia y aunque no
sepas qué hacer con eso, igual clama.

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